Afternoon Delight

Here it is, 12:02 in the afternoon. Between compositions, I am listening to one of those videos of nature scenes, soft music, and sounds of nature. I lay back with my arms crossed over my midsection and allowed myself to drift into an empty void, with only the soft music filtering through, like a distant echo from very long ago.

I became aware that I was floating in an ethereal universe, a void filled with brilliant filaments of energy alternating in color and merging at bright connection points, like the central hub in a busy city center. This energy is not random physical energy but living energy, an energy that feels. When it enters my field of energy, for a precious few seconds, we are one—or should I say I become one- with this energy that is connected to all living things. Everything living has DNA.

The force and/or the light are always there; they don't go away anywhere; they are an integral part of nature itself, and nature is all there is in creation. The Earth, the planets, moons, asteroids, planetoids, the stars, the galaxies, the nebulas, right down to the tiniest, the dust particles down to the subatomic particle, and the force that is the universe, the embryo.

I fly among the stars, which remind me of sparkles of magic in a fairy tale, sparkling everywhere like multicolored jewels. The Creator was quite the artist with none other than the original thought that manifested us! I only desire to admire the Creator's work, like the artist at the painter's easel, as I learn and explore the great unknown expanses, with the only desire in my heart to be part of the evolutionary process.

Like when birds flock for the flight to a warmer land at the approach of colder weather, I want to be part of the flock, to experience the journey.

I wish to be part of the rose when it opens ever so slowly, feeling a surge of life in my veins from the warmth of the rising mid-summer Sun upon me.

It's just another one of my drift dreams; thank you for reading.

The Fairy Lady

_____________________________________

Placer de la tarde

Aquí estamos, las 12:02 de la TARDE. Entre composiciones, estoy escuchando uno de esos videos de escenas de la naturaleza, música suave y sonidos de la naturaleza. Me recuesto con los brazos cruzados sobre mi abdomen y me dejo llevar hacia un vacío, con solo la suave música filtrándose, como un eco distante de hace mucho tiempo.

Me di cuenta de que estaba flotando en un universo etéreo, un vacío lleno de brillantes filamentos de energía que se alternan en color y se fusionan en puntos de conexión brillantes, como el eje central en el centro de una ciudad concurrida. Esta energía no es energía física aleatoria sino energía viva, una energía que siente. Cuando entra en mi campo de energía, por unos preciosos segundos, somos uno, o debería decir me vuelvo uno, con esta energía que está conectada con todos los seres vivos. Todo lo que vive tiene ADN.

La fuerza y/o la luz siempre están ahí; no se van a ninguna parte; son una parte integral de la naturaleza misma, y ​​la naturaleza es todo lo que hay en la creación. La Tierra, los planetas, las lunas, los asteroides, los planetoides, las estrellas, las galaxias, las nebulosas, hasta lo más diminuto, las partículas de polvo hasta la partícula subatómica, y la fuerza que es el universo, el embrión.

Vuelo entre las estrellas, que me recuerdan destellos de magia en un cuento de hadas, brillando por todas partes como joyas multicolores. ¡El Creador fue todo un artista con nada menos que el pensamiento original que nos manifestó! Solo deseo admirar la obra del Creador, como el artista en el caballete del pintor, mientras aprendo y exploro las grandes extensiones desconocidas, con el único deseo en mi corazón de ser parte del proceso evolutivo.

Como cuando los pájaros se reúnen para volar a una tierra más cálida cuando se acerca el clima más frío, quiero ser parte de la bandada, experimentar el viaje.

Quiero ser parte de la rosa cuando se abre muy lentamente, sintiendo una oleada de vida en mis venas desde el calor del sol naciente de mediados de verano sobre mí.

Es solo otro de mis sueños de deriva; gracias por leer.

La Dama de Hadas