Reinforcing Peace, Not Force.

You can not enforce hate successfully any more than you could enforce peace upon a nation. Peace can only be achieved by trust; you earn trust through negotiation, understanding, and sharing one another's shortcomings and achievements.

They, nations, should learn from one another, not judge each other just by the surface features but by what is in the interior or nature of the beast. It may be a different picture altogether from the inside of the beast.

However, we must understand the other's demands or pleas and share what works through negotiation and understanding through arbitration, not a war against nations. Everyone is entitled to a piece of the land called The Earth Mother because we are all equally an heir - heiress of her fruits, her children.

Even if we were to move to the next galaxy, we would still be carrying the same genetic marker that originated on Terra Firma, the third rocky cored planet from Sol about the third way in the galactic spiral, The Milky Way's galactic center, a black hole which is located at 4.24 ly (1.30 pc) from Alpha Centauri.

The entire universe is guessed to be about 28.5 gigaparsecs, which is equivalent to 93 billion light-years from the ignition point to the outside edge of the physical universe if it is bubble-shaped. We originated from The Earth Mother, a human genome that is spread across 24 chromosomes, which contain between 50,000 and 260,000,000 nucleotides of DNA

The Fairy Lady

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Reforzar la paz, no la fuerza.

No se puede imponer el odio con éxito, como tampoco se puede imponer la paz en una nación. La paz sólo se puede lograr con confianza; la confianza se gana mediante la negociación, la comprensión y el compartir los defectos y logros de los demás.

Las naciones deberían aprender unas de otras, no juzgarse unas a otras sólo por las características superficiales, sino por lo que hay en el interior o la naturaleza de la bestia. Puede ser una imagen completamente diferente desde el interior de la bestia.

Sin embargo, debemos comprender las demandas o súplicas de los demás y compartir lo que funciona mediante la negociación y la comprensión mediante el arbitraje, no una guerra contra las naciones. Todos tenemos derecho a un pedazo de la tierra llamada La Madre Tierra porque todos somos igualmente herederos, herederos de sus frutos, sus hijos.

Incluso si nos mudáramos a la siguiente galaxia, seguiríamos llevando el mismo marcador genético que se originó en Terra Firma, el tercer planeta con núcleo rocoso desde el Sol, aproximadamente en el tercer camino en la espiral galáctica, el centro galáctico de la Vía Láctea, un agujero negro que se encuentra a 4,24 años luz (1,30 pc) de Alpha Centauri.

Se estima que el universo entero tiene unos 28,5 gigaparsecs, lo que equivale a 93 mil millones de años luz desde el punto de ignición hasta el borde exterior del universo físico si tiene forma de burbuja. Nos originamos de La Madre Tierra, un genoma humano que se extiende a lo largo de 24 cromosomas, que contienen entre 50.000 y 260.000.000 de nucleótidos de ADN.

La Dama de Hadas