The Fairy Lady Visits Mrs. Mcarny 

"Oh me, oh my, what a day!" says The Fairy Lady in her cloak to Mrs. Cora McArny, who was with her goat and was wearing her coat.

The Fairy Lady swirls and twirls in the air like a dust devil, so be it. In the wink of an eye, up she went, like Santa Claus, up a chimney, then, suddenly, came down from out of the clouds and landed on the ground with a loud thump in a field of flowers, somewhere by a moat in Muskoka County in Lower Slabovia.

Legs were a' flailin', and flowers were flyin' everywhere in the air, then floating gently back down to the ground like the fat snowflakes on my balcony in January. That would be fine if I had a canary, but I only have my imaginary pet, Fluffy, who is kind of scary but he only bites ankles.

"Oh me, oh my!" she cried. Flower petals were flying everywhere in every hue and color mixed, like the underwear of many colors that The Fairy Lady wore under the cloak she bought in Muskoka. So there she sat, spitting dirt, making faces, and then began to cry out loud; what a dumb, dumb you are, she thought to herself. I was in a hurry, AND I FORGOT MY WINGS! Newton's First Law prevails for The Fairy Lady.

And that's what you get, my dear, when you try to fly without the benefit of wings. NO SQUIREL SUIT! Maybe a parachute or hang a glider over a lot of water with a floatation device big enough for my recliner chair, my cell phone, my umbrella, a picnic basket, and a cold drink, please, and thank you.  

The Fairy Lady

________________________________________

EspañolLa Dama de las Hadas visita a la Sra. Mcarny 

"¡Ay, Dios mío, qué día!", le dice la Dama de las Hadas con su capa a la Sra. Cora McArny, que estaba con su cabra y llevaba puesto su abrigo.

La Dama de las Hadas gira y da vueltas en el aire como un remolino de polvo, que así sea. En un abrir y cerrar de ojos, subió, como Papá Noel, por una chimenea, luego, de repente, bajó de las nubes y aterrizó en el suelo con un fuerte golpe en un campo de flores, en algún lugar junto a un foso en el condado de Muskoka en Lower Slabovia.

Las piernas se agitaban y las flores volaban por todas partes en el aire, luego flotaban suavemente de regreso al suelo como los copos de nieve gordos en mi balcón en enero. Eso estaría bien si tuviera un canario, pero solo tengo mi mascota imaginaria, Fluffy, que da un poco de miedo, pero solo muerde los tobillos.

"¡Ay, Dios mío!" Ella gritó. Los pétalos de las flores volaban por todas partes en todos los tonos y colores mezclados, como la ropa interior de muchos colores que La Dama de las Hadas usaba debajo de la capa que compró en Muskoka. Así que allí estaba sentada, escupiendo tierra, haciendo muecas, y luego comenzó a gritar en voz alta; qué tonta, tonta eres, pensó para sí misma. ¡Tenía prisa y OLVIDÉ MIS ALAS! La Primera Ley de Newton prevalece para La Dama de las Hadas.

Y eso es lo que obtienes, querida, cuando intentas volar sin el beneficio de las alas. ¡SIN TRAJE DE ARDILLA! Tal vez un paracaídas o colgar un planeador sobre mucha agua con un dispositivo de flotación lo suficientemente grande para mi sillón reclinable, mi teléfono celular, mi paraguas, una canasta de picnic y una bebida fría, por favor y gracias.   

La Dama de Hadas